La diferencia de 16 puntos obtenida por la fórmula del Frente de Todos en las elecciones PASO el pasado 11 de agosto, encendió la alarma en el Gobierno. El resultado se explica de la siguiente manera: hubo un voto de la clase media que decidió castigar al presidente Macri. Ese sector, que durante tres años y medio hizo un gran esfuerzo económico, dijo: “Basta, hasta acá llegué, no doy más, ya hice demasiado esfuerzo”. Macri comprendió que ése fue el mensaje, tomó nota y actuó en consecuencia: al miércoles siguiente de aquel tétrico domingo, anunció un paquete de medidas económicas de alivio específicamente para la clase media que beneficiará a 17 millones de ciudadanos. Hasta ese momento, todo parecía indicar que el presidente había entrado en una espiral descendente que sepultaría su reelección. Pero luego de la exitosa movilización masiva ocurrida el sábado 24 de agosto en la Plaza de Mayo, (una marcha en defensa del gobierno y la República), surgió una sensación de que la batalla aún no está perdida. Ese día, el presidente saludó desde el balcón de la Casa Rosada, a la multitud de ciudadanos que había llegado de manera espontánea hasta la plaza pública para enviarle sus muestras de apoyo. Al presidente de la Nación, se lo vio con el ánimo recobrado luego de haberse sentido consternado por el sabor amargo que le dejó el resultado de las PASO. Fue una jornada histórica en la que recibió un fervor popular inesperado: el ingeniero civil tandilense tuvo su 17 de octubre. Este hecho, disparó un interrogante que aún es una incógnita: ¿Y si se puede dar vuelta? ¿Y si se puede revertir un resultado que teóricamente es irreversible?
Otro hecho que alimenta la chance de la reversibilidad del resultado electoral, es la recepción masiva del primer encuentro (de los 30 que se harán durante 30 días en diversas ciudades), de la campaña oficialista denominada “Sí se puede” ocurrida en el día de ayer en la Plaza Barrancas de Belgrano. El presidente se mostró eufórico y dio un discurso contundente con un tono de épica en el que no titubeó en ningún momento. En la misma línea discursiva, hablaron los que lo precedieron: Elisa Carrió y Miguel Ángel Pichetto. La estrategia de Macri es demostrar que entendió el mensaje de las PASO y que se juró recomponer la situación económica de la clase media, que vio dañado su bolsillo como consecuencia del ajuste mitad gradual mitad shock, hecho a mediados de 2018 con el objetivo de concretar la meta del déficit fiscal cero.
La posibilidad de que Macri ingrese a una segunda vuelta el 27 de octubre es real. Una fuente muy cercana al oficialismo, afirma con seguridad que del 49% de votos que el kirchnerismo obtuvo en las PASO, hay un 7% de votos prestados del oficialismo que son de la clase media, que votó al kirchnerismo para castigar al gobierno y que ahora está arrepentido porque está asustado por las consecuencias que el resultado de la elección trajo a las variables de la economía. A raíz de ese susto, se da por hecho que una parte de ese porcentaje de votos prestados, votará de nuevo al oficialismo en los comicios de octubre. Lo cierto es que de dicho porcentaje, Macri sólo necesita recuperar un 5%. De esa manera, el candidato presidencial opositor Alberto Fernandez bajaría a 44% y Macri subiría a 38%, concretando la entrada al balotaje. A esto, hay que sumarle el porcentaje de ciudadanos que no votaron en las PASO, más los 800.000 votos de ciudadanos argentinos residentes en el exterior no habilitados para votar en las PASO que sí votarán en octubre, más los votos de otras fuerzas políticas como la de José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión. Además, el caso del frente Cambia Mendoza en las elecciones de San Martín en la provincia de Mendoza el 1 de septiembre, demostró que es posible revertir el resultado: la fórmula oficialista ganó el municipio con el 49% de los votos contra el justicialismo, que se quedó con el 42%. Increíblemente, en las PASO el PJ había obtenido 47% y Cambia Mendoza 33%.
Si Macri logra entrar al balotaje el 27 de octubre y vence a la fórmula Fernandez-Fernandez el 24 de noviembre, ocurrirá que la teoría -por parte de un sector del periodismo-, de que su reelección está muerta se caerá a pedazos y obligará a ese sector a hacer una profunda autocrítica.
Si se acredita la hipótesis de que el éxito de las marchas a favor del oficialismo, es una ecuación que indica que el Gobierno Nacional va a dar vuelta el resultado de las elecciones PASO, eso sólo se sabrá el día de las elecciones generales. O sea, el domingo 27 de octubre. Todo lo demás es pura especulación. Aún restan 28 días para que se revele la incógnita. Todavía nada está dicho. Y mucho menos en Argentina, donde la opinión pública es altamente volátil, móvil. El final es abierto.
Luciano Ingaramo