El libro “Primer tiempo” (2021) escrito por el ex-presidente Mauricio Macri, es un recorrido interno de sus cuatro años como presidente de la Nación. Una mirada retrospectiva de un Macri introspectivo que analiza a la distancia su período como Jefe de Estado con anécdotas desconocidas.
El texto va y viene en el tiempo varias veces y tiene una escritura dinámica: se lee rápido. Muestra una autocrítica de su mandato presidencial admitiendo errores. Macri menciona casi todos los casos de corrupción de los cuales se sospechó que estuvo involucrado: Panamá Papers, Correo Argentino y Avianca. En los dos primeros expone argumentos consistentes de su desvinculación con hechos de corrupción. Curiosamente no habla del tercero, lo cual en la opinión de quien escribe esta nota, debería haberlo hecho.
El 31 de octubre de 2016, cuando Macri ya era presidente, el grupo empresarial SOCMA perteneciente a su familia, le vendió a Avianca (una línea aérea colombiana) su propia empresa aérea: McAir Jet. La sospecha de corrupción vinculada a Macri, es que gracias a esta operación él mismo buscó que la aerolínea de Colombia sea una de las más favorecidas en las licitaciones de su gobierno. La denuncia no prosperó. Pudo probarse que la venta de McAir Jet a Avianca no fue con el motivo del que se sospechaba.
De todos modos, en su texto autocrítico y en varias entrevistas recientes, Macri deja en claro que en su gestión presidencial no hubo corrupción. Eso no es cierto. El periodista Jorge Lanata informó en su programa de televisión “Periodismo para todos” el 20 de mayo de 2018, que el vicejefe de Macri, Mario Quintana, seguía siendo accionista de la cadena farmacias Farmacity con el objetivo de enriquecerse haciendo un lobby desde su puesto en el Estado. A esta situación, se la conoce como conflicto de intereses. Ningún dato de la investigación de Lanata, indica que ese negocio tuvo la aprobación de Macri.
Afortunadamente, tres meses después de la denuncia, Quintana vendió las acciones que tenía en su empresa y renunció a su cargo público. Pero, ¿por qué Macri niega que en su gobierno hubo corrupción? Sólo él y sus allegados lo saben.
El tono del libro, es el de un hombre que está con la conciencia tranquila de no haberse corrompido jamás y que reconoce que no acertó en el manejo de la economía en líneas generales pero sí en la política exterior mientras que gobernó el país.
Pero Mauricio Macri es más que eso. Es varias cosas a la vez. Se trata del primer presidente argentino que rechazó la política tradicional y simpatizó con las redes sociales y las herramientas del marketing. También es el paciente que hace treinta años hace terapia y sufre las secuelas psicológicas de su secuestro. El aficionado por el budismo y el gobernante que estuvo rodeado de nueve cardiólogos que monitorearon su corazón agobiado por el trabajo más difícil que tuvo en su vida. El Jefe de Estado que estuvo enfocado en asignar de manera correcta el gasto presupuestario. El adolescente que pensó seriamente en convertirse en futbolista. El CEO que revolucionó al club atlético Boca Juniors. El playboy millonario que sedujo a las mujeres más deslumbrantes. El hijo boicoteado por un padre omnipresente y siempre bajo sospecha. El egresado del selecto colegio Newman que gobernó junto a sus ex compañeros. El invento de Jaime Durán Barba, el asesor político que le enseñó a bailar y cantar. El líder que quiere ser recordado como quien pudo sembrar un futuro próspero entre la decadencia del populismo y la grieta. Y por último, un gran mérito para alguien que no proviene de la política: es el primer presidente no peronista que terminó su mandato desde la recuperación de la democracia en 1983.
Luciano Ingaramo