Leer ficción nos hace más empáticos y creativos (y no es un mito)

Hay personas que pueden pasar horas sumergidas en una novela o en una colección de cuentos, incapaces de soltar el libro hasta llegar al final. Pero, ¿qué las motiva a devorar historias de esta manera y cómo este hábito puede cambiar su forma de ver el mundo? La psicología ofrece algunas respuestas interesantes.

Según un artículo de Psychology Today, la lectura de ficción con personajes que enfrentan emociones complejas funciona casi como una terapia encubierta: permite que los lectores se identifiquen con los problemas de los protagonistas y reflexionen sobre sus propias experiencias. Además, quienes disfrutan de la lectura suelen mostrar una apertura mayor a nuevas experiencias, curiosidad, creatividad y una inclinación hacia la introspección, lo que les ayuda a comprender mejor tanto su mundo interno como el que los rodea.

La ficción, en particular, tiene un poder transformador sobre la personalidad. Sumergirse en historias ajenas fortalece la empatía cognitiva y afectiva, enseñándonos a entender y sentir las emociones de otros. Así, los libros no solo entretienen, sino que se convierten en puentes hacia experiencias ajenas que enriquecen nuestro propio desarrollo emocional.

Maja Djikic, psicóloga especializada en la relación entre ficción y personalidad, explica que:

“Antes de un cambio, suele haber un período de desregulación o inestabilidad causado por los acontecimientos de la vida. La buena ficción reproduce esa inestabilidad en un entorno seguro y controlado, y si estamos listos para crecer, nos ofrece un camino más suave hacia la transformación”.

En otras palabras, leer ficción no es solo pasar el tiempo: es entrenar la mente y el corazón, abrirse a nuevas perspectivas y crecer desde adentro.