La influencia de esta herramienta en la agenda mediática está a la orden del día. La discusión se centra en si los buscadores de internet sólo replican lo que los medios publican o si los algoritmos de búsqueda son los que indican cuáles deben ser los contenidos.
En los últimos años, especialmente con la llegada de la inteligencia artificial generativa, las IA, siglas con la que se conoce a este conjunto de herramientas, han irrumpido en el ámbito del periodismo despertando grandes expectativas en cuanto a automatización de procesos, reducción en los tiempos de análisis de datos y aportes al proceso creativo. Pero también han llevado a las salas de redacción la duda sobre hasta qué punto los periodistas estamos utilizando la IA o si es la IA la que está utilizándonos.
La Inteligencia Artificial se muestra como una herramienta que revoluciona el periodismo tal y como lo conocemos, mejorando los tiempos, la precisión y el desarrollo de trabajos periodísticos, pero no deja de despertar cuestionamientos como cuál es su influencia en la agenda mediática.
La pregunta que surge es si los temas seleccionados por los buscadores de internet replican la agenda de los medios o si los algoritmos de búsqueda son los que marcan qué se publica o se deja de publicar. Es decir, si esa decisión se toma en función de los intereses de las audiencias y no de un principio básico del periodismo que es la búsqueda de la verdad.
Los algoritmos pueden amplificar ciertos temas y minimizar otros, lo que lleva a revisar la forma en que se construyen y perciben las narrativas periodísticas. Por ejemplo, herramientas de IA, como el análisis de tendencias en redes sociales y los sistemas de recomendación de contenido, están influyendo en la selección de noticias de medios de gran impacto. The Guardian y la BBC, entre otros, están adoptando la IA para entender mejor los intereses de su audiencia y adaptar sus contenidos.
La precaución que hay que tener al utilizar los resultados de estas mediciones se relaciona con no dejarnos llevar por la guerra del clic como criterio principal para definir lo que publicamos.
La IA en el periodismo
Uno de los principales beneficios de la IA en el periodismo es la automatización de tareas complejas, y hasta ahora demoradas, como la extracción y el análisis de datos, especialmente en el periodismo de investigación. Herramientas como los lectores OCR o los procesadores de texto o de datos como Pinpoint ayudan a acelerar la producción de contenido y a concentrarnos en aspectos más creativos y analíticos.
Un ejemplo notable del impacto positivo es el uso para investigar grandes volúmenes de información en casos como los Paradise Papers. Los algoritmos permitieron a los periodistas descubrir y exponer redes de corrupción y facilitaron la identificación de esquemas de evasión fiscal a gran escala, convirtiéndose en una herramienta fundamental para este trabajo.
En Latinoamérica, la IA también ha demostrado ser útil en investigaciones periodísticas. En países como México, fue de especial ayuda en el sonado “Expediente Lozoya” que develó cómo Odebrecht pagó al menos 9.15 millones de dólares en supuestos sobornos a Emilio Lozoya, director de Petróleos Mexicanos en la era Peña Nieto, o en Brasil, donde Agencia Pública presentó “Deforestação e mineração na Amazônia” utilizando la IA para mapear la pérdida de cobertura forestal en la Amazonía.
También la IA ha sido utilizada en la verificación de datos y la constante lucha contra las fake news. Plataformas como Chequeado en Argentina, por ejemplo, la utilizan para automatizar la verificación de datos y detectar información falsa o engañosa de manera mucho más rápida y precisa. Pero qué pasa, entonces, con la agenda de los medios desde la irrupción de las IA.
Hablan los expertos
Silvana Estacio, especialista en Inteligencia Artificial y Comunicación de la Universidad de San Francisco de Quito, afirma que herramientas como Google Trends o el uso del Search Engine Optimization, SEO, que significa “optimización para motores de búsqueda”, responde a la escucha digital.
“Es necesario entender que tanto el SEO como los Trends y otras herramientas similares lo que hacen es escuchar lo que está preguntando la audiencia, pero esto no reemplaza al olfato periodístico, innato de los comunicadores, que deciden qué tema o investigación es una prioridad”, indica Estacio. Ella, además, es miembro de la iniciativa colaborativa de mujeres sobre Inteligencia Artificial certificada por la organización Datalat.
Hay también otras preocupaciones. La automatización excesiva, al punto de producir noticias con chatbots o IA generativa como ChatGPT, puede reducir la calidad del contenido si se permite que la herramienta reemplace a quien la utiliza y el periodista se limita a ser un redactor de “prompts”, esto es, de órdenes para que la IA haga su trabajo.
Andrés Mazza, editor web de Diario El Mercurio, en Ecuador, un medio que como él señala intenta “pelear contra las tendencias y los temas superficiales”, sostiene que, si bien la IA es una importante ayuda en la sala de redacción, esta no debe reemplazar al trabajo del periodista de analizar la coyuntura, contrastar fuentes, ahondar en los temas relevantes y transformadores.
“Es un problema que vemos en nuestro entorno; vemos dentro de nuestra competencia páginas web o cuentas de redes sociales, autodenominadas medios de comunicación, que ya no buscan fuentes, sino que solo revisan lo que está en tendencia y lo replican porque quieren que la gente los encuentre primero con el SEO; es un problema real y es un problema actual”, afirma.
La preocupación no es solo de las salas de redacción. La Unesco, en su publicación “Periodismo e inteligencia artificial en América Latina”, destaca la necesidad de mantener la ética y la transparencia en el uso de la IA para evitar perder la calidad, el ejercicio de la verificación y, posteriormente, la confianza de las audiencias en los medios de comunicación y los periodistas profesionales.
En este sentido, la Universidad de Chimborazo en Ecuador, en su publicación académica “Desafíos y horizontes de la inteligencia artificial en el campo del periodismo” enfatiza, por ejemplo, que, aunque la IA aporta beneficios significativos como la generación automática de contenido y la mejora de la eficiencia, es fundamental que los periodistas mantengamos la esencia del periodismo. “La percepción pública de la credibilidad de las noticias generadas por IA frente a las producidas por humanos subraya la necesidad de un equilibrio entre tecnología y calidad informativa”, afirma el estudio.
La integración efectiva de la IA en el periodismo requiere una adaptación constante. Los periodistas deben adquirir nuevas competencias para colaborar con herramientas de IA y asegurar que la calidad del contenido no se vea comprometida. La educación en competencias digitales y una supervisión humana rigurosa son fundamentales para mantener la ética y la calidad en el periodismo impulsado por IA, sostiene Andrés Leandro Rodríguez, investigador académico de la Universidad de Chimborazo.
Afirma que la inteligencia artificial ofrece herramientas poderosas que pueden transformar el periodismo, pero en este camino es necesario que las redacciones en Latinoamérica, en conjunto con las universidades, aborden los desafíos éticos y de calidad asociados con su uso, equilibrando la tecnología con el rigor periodístico para asegurar que la IA fortalezca la integridad y precisión del periodismo, en lugar de socavarlo.