El 8 de mayo pasado, se aprobó en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación la Ley de Defensa de la Competencia, impulsada por el jefe del bloque de diputados del oficialismo Mario Negri y por la diputada oficialista Elisa Carrió y cuyo autor es el economista Martin Lousteau.
Esta ley, es fundamental para lograr la democratización del mercado debido a que propone la creación de la Autoridad Nacional de la Competencia (ANC) como organismo independiente con la finalidad de detectar y eliminar concentraciones económicas y prácticas monopólicas, la elevación de las multas, con criterios más claros para su determinación y la introducción de un programa de clemencia, como una herramienta clave para detectar cartelizaciones.
La institucionalidad en defensa de la competencia es fundamental para tener un país desarrollado con mercados competitivos y transparentes, para que las pymes no sean víctimas de prácticas anticompetitivas de las grandes corporaciones, así como para que los consumidores tengan más alternativas, mejores precios y productos de mejor calidad.
Evitar que algunos grupos empresariales se apropien de la riqueza que se genera en el mercado mediante su monopolización, traerá como consecuencia un capitalismo social: un modelo de mercado que beneficie a todos los sectores de la sociedad.
Luciano Ingaramo